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Últimamente, los Supervisores Bancarios escuchan dos preocupaciones por parte de las instituciones supervisadas: (a) que las reformas regulatorias post crisis se han convertido, por mucho, en una carga para que los bancos sean rentables y; (b) que las reformas pendientes de Basilea III harán que dicha carga se vuelva incluso mucho más onerosa. Las quejas son particularmente enérgicas cuando provienen de bancos más pequeños. El autor considera que la Unión Europea debe tener una visión más cercana sobre lo que debe hacerse para fortalecer la proporcionalidad en la supervisión y regulación aplicable a bancos con perfiles más bajos de riesgo. Más aún, recomienda que el Comité de Basilea debiera contar con un proceso de pensamiento más sistemático en torno a dichas preocupaciones.
(Texto en inglés)
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