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El informe propone una serie de medidas de política que pretenden reducir las vulnerabilidades de las Economías Emergentes (EME) derivadas de la financiación externa y la financiación no bancaria, así como mejorar las herramientas de gestión de crisis. Entre ellas se incluyen medidas para: (i) limitar la acumulación de desajustes de divisas de las empresas no financieras; (ii) desarrollar más los mercados de cobertura de divisas a nivel nacional y regional para gestionar los riesgos cambiarios; (iii) profundizar en los mercados de deuda en moneda local y fomentar una base inversora nacional más amplia; y (iv) abordar las vulnerabilidades de las instituciones financieras no bancarias (NBFIs, por sus siglas en inglés) , incluidas las relacionadas con los desajustes de liquidez en los fondos abiertos.
El informe también anima a las autoridades a seguir considerando la posibilidad de colmar las lagunas de datos para facilitar el seguimiento de los riesgos y la adopción oportuna de políticas para mitigar las vulnerabilidades externas de las EME. (Texto en inglés)
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